En la región sureña de Krasnodar se cultivan los mejores cepas de Rusia, pero una importante parte de la producción procede de la mezcla del vino propio y el vino a granel importado de países como España o Argentina. El objetivo de estas fábricas de vino, conocidas como Vinzavod, es comenzar a situarse en el mercado exterior, cuenta el portal Rusia Hoy.

¿Quién diría de probar un vino de una fría región rusa? Frente a las costas del Mar Negro, en la ciudad de Krasdonar, se cultivan los mejores viñedos del país, además de las principales fábricas de vino. Esta zona ribereña, al sur de la Federación Rusa, es una de las principales zonas vinícolas y cuenta con el 37% de los viñedos del país.

Olvidadas las antiguas campañas soviéticas llevadas a cabo en la época de Gorbachov, quien desarrolló una prohibición parcial de su consumo a mitad de los 80; en los últimos años el consumo de esta bebida ha aumentado un 15%.

Sin embargo, los viñedos del sur de Rusia no producen lo suficiente como para satisfacer la demanda interna.

El ingrediente principal para la producción es una combinación de varias fuentes: vino de importación o concentrado de uva de países como Italia, Argentina o España, principal país exportador en 2012, mezclado con la vid rusa. Tras la mezcla final, el vino termina de elaborarse en lo que en Rusia se conoce como la Vinzavod o fábrica de vino.

La mayoría del vino creado en las Vinzavod se mezcla con el importado producto a granel. Y la frontera entre el vino ruso propiamente dicho y el de fuera parece difícil de definir. Por ello, el mercado de vino ruso se alimenta de tres sectores: los vinos rusos de viñedos propios, los que se realizan con vino a granel importado y el vino de importación.

En esta coyuntura, las estadísticas muestran que la proporción de vinos importados se sitúa en un 56% y España lidera actualmente la cuota de importaciones.

Según los últimos datos de la aduana rusa, el país importó durante los nueve primeros meses del pasado año, 325 millones de litros. El vino español continúa siendo el primer vino importado en términos de volumen.

Sin embargo, la balanza de crecimiento se inclina hacia otros nuevos países como es el caso de Argentina. Desde el primer semestre de 2012, ha experimentado un fuerte crecimiento. Las estadísticas del Observatorio de Vino Español apuntan que este descenso se debe a la fuerte subida de su precio medio y ha reducido en un 15,8% sus ventas. De ahí que los vinos argentinos hayan apuntado fuerte, pasando de exportar 3,1 millones de litros en el primer semestre de 2011 a 12,6 millones en el mismo período.

Rafael del Rey, director del Observatorio del Mercado de Vino Español, comenta esta evolución. “Desde el año 2006, España se ha convertido en el líder mundial de exportaciones de vino a Rusia. Como muestran las estadísticas, la expansión tuvo mucho que ver con la caída de vinos moldavos que, desde el 2005, prácticamente desaparecieron del mercado. Actualmente las malas cosechas en las viñas españolas han provocado un aumento del precio. Y los rusos están optando por comprar vino en otros países como Argentina”.

El último estudio desarrollado por este Observatorio demuestra que España registró un total de 6.421.247 millones de euros por la importación de su vino a Rusia. La cifra se ha reducido en un 47% con respecto a 2011. Mientras que el vino argentino ha pasado de ganar tan solo 276.238 euros en 2011 a 2.638.775 millones de euros. La subida exponencial es de un 800 por cien.

Vinorus Vinotech: esperanzas del sector

A pesar de que la imagen de Rusia en el exterior sea la de un país con poca producción de vino, los viñedos de la ribera suroccidental, entre el mar Negro y el mar Caspio, produjeron en 2012 unos 190 millones de litros de vino.

Más del 98% de los viñedos en Rusia se concentran entre el sur y el norte de los Distritos Federales con más de la mitad de las zonas de cultivo de uva y con un 37% de los viñedos con sede en el territorio de Krasnodar, donde en 2011 se cosecharon 201,5 toneladas de uva.

Esto ha permitido que el consumo haya aumentado en los últimos años hasta un 15%, según demuestran los datos del Estudio The Russian Wine Market, elaborado por la asociación de enología de Rusia.

Los eventos que se celebrarán en las regiones vinícolas también demuestran el notable auge de este sector. Vinorus Vinotech 2013, que se llevará a cabo en la ciudad de Krasnodar será uno de los mayores eventos vinícolas del país.

Del 18 al 20 de abril se mostrarán los mejores ejemplos de la vinicultura nacional que se están desarrollando en las Vinzavod. Se espera que aumente la afluencia de bodegas nacionales y, entre otras actividades, se contará con una mesa redonda de expertos extranjeros donde discutirán temas de desarrollo de la elaboración del vino de Rusia gracias a la participación de consultores internacionales como Ígor Serdiuk, el principal crítico de vino ruso.

Un informe de la Cámara de Comercio de Valencia señala que “el consumo de vino no llega ni mucho menos a lo niveles que tenemos en España”, aunque la abundancia de los restaurantes italianos, y la popularidad de determinadas cadenas de tiendas especializadas en vinos, que están abriendo sus puertas en el país, han aumentado el consumo hasta 5-7 litros per capita al año, teniendo una mayor demanda en ciudades como Moscú, San Petersburgo, Ekaterimburgo, Novosibirsk o Kazán.

Las antiguas Vinzavod, construidas en la época de la URSS, han dado lugar a importantes empresas que buscan vender vino ruso fuera de sus fronteras. Desde el año 2000, el salto cualitativo de las bodegas rusas han permitido que empresas como Fanagoria, Myskhako, Abrau Durso o Lefkadia hayan recibido en los últimos siete años más de cuarenta premios de importantes catas mundiales como la International Wine & Spirit Competition (IWSC) o la International Wine Challenge.

El gobierno ruso, por su parte, ha realizado una importante labor para el desarrollo de la industria del vino. Las autoridades del Estado ya han establecido un programa de apoyo a este sector de 2012 a 2020. El objetivo es que los vinos rusos entren en el mercado mundial, y la participación, por segunda vez, en el London International Wine Fair (LIWF) 2012 parece confirmarlo.