El Gobierno de Transnistria rechazó este martes modificar la operación de paz que se lleva a cabo en su territorio, y se mostró interesado en que su labor se intensifique ante cierto aumento de la tensión con Moldavia, país del que la república proclamó la independencia hace más de dos décadas, informó Ria Novosti.

Según indicó la ministra de Exteriores de Transnistria, Nina Stanski, la fuerza de paz conjunta, desplegada hace 20 años e integrada por efectivos de Rusia, Moldavia, Transnistria y Ucrania, no debe “en ningún caso” sufrir transformación alguna.

“Lamentablemente, existen amenazas. El potencial conflictivo no solo no se ha agotado, sino que está aumentando en algunos ámbitos. Partiendo de la gravedad de estas amenazas, Transnistria está interesada en que el esfuerzo de paz incremente”, expresó.

Según Stanski, en los más de 20 años transcurridos desde el conflicto armado en la república autoproclamada, la comunidad internacional no ha ofrecido ninguna otra alternativa a la operación de paz para garantizar la estabilidad en la zona.

El formato de esta operación podría cambiar solo después de que se diera una solución definitiva al conflicto entre Moldavia y su antiguo territorio, subrayó la diplomática.

El colapso de la URSS y el miedo a una fusión entre Moldavia y Rumania motivaron a varios distritos de la orilla izquierda del Dniéster, de población mayoritariamente rusa, a proclamar la llamada República Moldava de Transnistria a principios de los 1990.

Chisinau respondió con el envío de tropas al territorio separatista, dando origen a un conflicto armado que se prolongó por varios meses. Actualmente Transnistria representa un territorio fuera del control de Chisinau, con todos los atributos de un Estado, incluida una moneda propia.

El mantenimiento de la paz en la zona del conflicto corre a cargo de una fuerza mixta que incluye a 402 militares de Rusia, 355 de Moldavia y 492 de Transnistria, así como a una decena de observadores militares ucranianos.

El futuro de la república rebelde fue objeto de negociaciones a partir de la fórmula “cinco más dos” (Moldavia, Transnistria, Rusia, Ucrania, la OSCE, así como EEUU y la UE como observadores), pero el proceso se vio suspendido a principios de 2006 por más de cinco años.