Rafaela Nebreda, propietaria de una agencia inmobiliaria en Bucarest, lleva unos 11 años trabajando en el mercado rumano. Ha vivido el frenesí inmobiliario de la época del boom, ha aguantado los duros años de crisis en que los precios cayeron en picado y ahora está preparada para aprovechar el momento favorable que se avecina, según cuenta ella a laRadio Rumanía Internacional.

Apartamente Bd Timisoara 58Foto: Hotnews

Los años 2007-2008, en que el crecimiento económico en Rumania era realmente espectacular, de un 8%, fueron también los años del boom inmobiliario rumano. Los precios de las viviendas estaban por las nubes, la actividad constructora avanzaba a pasos de gigante, los bancos eran muy generosos con los solicitantes de créditos y muchas promotoras españolas desembarcaron en este mercado prometido huyendo de la crisis que se estaba apoderando ya del sector en España.

Unas veinte empresas como Fadesa, Hercesa, Grupo LAR, Gran Vía o Riofisa hicieron inversiones millonarias en terrenos y anunciaban todavía más inversiones de hasta 10.000 millones de euros en el futuro. La mitad de las inversiones españolas en Rumanía eran inmobiliarias. La crisis, sin embargo, no tardó mucho en perseguirlos hasta este “El Dorado del Este” y en 2009 estalló también aquí la miniburbuja inmobiliaria que se había formado durante los dos años de época de bonanza.

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