El escritor mexicano Juan Pablo Villallobos, que está presentando estos días en Bucarest su libro "Fiesta en la madriguera", su primera novela de una trilogía crítica sobre México, piensa en "el humor como herramienta de resistencia ante la realidad y ante un poder manipulador como ha sido el Gobierno mexicano durante muchísimo tiempo".

"En la novela me centré en la relación entre padre e hijo que al final desembocó en el tema del narcotráfico de manera natural", explica Villalobos (Guadalajara, 1973), quien ha escogido como protagonista a un niño que "puede decir las cosas un poco bestia por su irresponsabilidad".

"Mi intención pasa por hablar de temas delicados o políticamente incorrectos como la violencia o el narcotráfico en México desde la inocencia y la crueldad que pueda tener un niño", aclara.

El pequeño Tochtli, conejo en lengua náhuatl (de los aztecas), observa astutamente a Yolcáut (serpiente de cascabel), su padre, y descubre el mundo cerrado de su alrededor: una casa con matones, amantes, políticos corruptos y un curioso personaje, Mazatzin (venado), el profesor particular del menor.

"El niño tiene caprichos: desea un hipopótamo enano de Liberia y ¿quién puede permitírselo? Extrapolado a México tiene que ser un hijo de un narcotraficante, ya que es archiconocido que estos criminales tengan zoológicos privados", cuenta Villalobos, que vivió en Barcelona durante 8 años y ahora reside en Brasil.

El joven novelista reconoce su marcado estilo político puesto que sus obras (tiene ya publicado en castellano el segundo libro Si viviéramos en un lugar normal, reflejan "la realidad política, económica y social de México desde una perspectiva íntima, de la familia".

Un aspecto que pretende resaltar se encuentra en colocar a la violencia del narcotráfico en torno a otras violencias de otros periodos de la historia, por lo que hace referencias a los códigos de honor de los samuráis japoneses, a las decapitaciones con guillotina de la Revolución Francesa y a la violencia de la Conquista española de México.

Este recurso ha servido como "paralelismo entre quienes son hoy los reyes: los criminales, los que tienen el dinero". "Ya no importan las noblezas ni los linajes ni la raza; en México, hemos pasado de un país racista a uno clasista, a si tienes dinero o no", subraya.

Las tres novelas que componen la trilogía tienen en común el ser narradas desde la primera persona, con una perspectiva humorística: La primera ofrecía una mirada sobre la infancia, esta segunda sobre la adolescencia, y la tercera, que aún está en proceso, será una novela narrada desde la vejez.

Sobre la situación de México, Villalobos piensa que "es la peor posible". "Hemos pasado de un Gobierno de derechas durante 12 años, que empeoró el país sobre todo en materia de seguridad, al peor escenario con el PRI, quien sentó las bases de la corrupción y la injusticia", explica.