Las instituciones responsables de desarrollo de las infraestructuras públicas en Rumanía necesitan del asesoramiento de las empresas extranjeras, sobre todo de las españolas por su extensa experiencia en este campo. Esta es la conclusión de una mesa rotunda organizada hoy por la Asociación de Empresas Españolas en Rumanía (ASEMER) en el Instituto Cervantes de Bucarest. Bajo el título “Infraestructura pública en Rumanía: estrategia, implementación y financiación”, la charla reunió a representantes de instituciones clave en el desarrollo de las infraestructuras, por una parte, y de empresarios españoles, por otra parte, con gran experiencia en el sector de la construcción y de los transportes.

Mesa redonda ASEMERFoto: ASEMER

“La fecha límite para finalizar la modernización de la red ferroviaria de Rumanía es el 2030, pero el proceso va demasiado lento debido a los problemas que no estamos confrontando. Muchas licitaciones son anuladas, los recursos se resuelven casi un año después y, además, en la compañía estatal ferroviaria CFR hay más de diez entidades que se ocupan de los concursos públicos que ni siquiera se entienden entre ellas”, explicó Mariana Ionita, directora de la estrategia de CFR, subrayando la necesidad de crear un plan general.

Las expropiaciones, las señalizaciones y la falta de correlación entre las instituciones rumanas y europeas son otros problemas presentados por Liliana Navaprescu, jefa de la Dirección de Proyectos CFR. Consecuencias: no se ha construido ningún kilométrico de vía férrea desde hace años.

La solución para resolver todos estos obstáculos pasan por una cooperación más estrecha con las empresas españolas.

“Rumanía está en un proceso constante de cambio y las infraestructuras deben ser la columna vertebral desde donde se confirme ese cambio hacia un país moderno”, dijo Carlos Sanz, presidente de ASEMER.

Por su parte, el director general de Europa del este de la empresa Azvi, José Alejandro Serrano, precisó la importancia de los fondos europeos para llevar a cabo con la modernización del país balcánico.

“Tenemos que adaptarnos al mercado. Nuestro deseo es seguir ganándonos la confianza y ayudar a mejorar las infraestructuras en Rumanía absorbiendo los fondos europeos disponibles”, indicó el máximo responsable de Azvi, constructora que ha hecho, entre otras obras, la parte rumana del puente Calafat-Vidin sobre el Danubio, que une Rumanía con Bulgaria.

ASEMER es una asociación constituida el pasado año y que representa una gran parte de las empresas españolas en Rumanía.