Estos días he estado ojeando un informe llamado “Competitive cities, Reshaping the Economic Geography of Romania” (Ciudades competitivas, dando nueva forma a la geografía económica de Rumanía). Es un documento sin fecha, pero dado que hace referencia en sus gráficos a 2011, es de suponer que se ha redactado en 2012 o ya 2013.

José Miguel ViñalsFoto: Hotnews

Los autores son varios, y por citarlos a todos: Unión Europea, Banco Mundial, Ministerio de Desarrollo regional y de Administración pública de Rumanía, Ministerio de Fondos Europeos de Rumanía. Dicho esto, todos estos organismos se curan en salud de lo que puedan decir sus expertos con una nota preliminar que lee: “Los resultados, interpretaciones y conclusiones expresados en este informe no reflejan necesariamente los puntos de vista y posición de los Directivos ejecutivos del Banco Mundial, Unión Europea o Gobierno de Rumanía”. Estos “disclaimers” son muy graciosos, como tirar la piedra y esconder la mano, quizá la digo gorda pero yo no he sido.

Y realmente el informe no está mal. Llevo tiempo defendiendo la idea que son las ciudades, y no las regiones, quienes llevan y llevarán la voz cantante en el desarrollo futuro. Las ciudades como concentración de poder. Las ciudades como polo de crecimiento, abanderadas cada vez más conocidas de regiones cada vez más desconocidas. Regiones al servicio de la ciudad. “En condiciones óptimas, las ciudades concentran recursos económicos y talento humano en un círculo virtuoso de creciente urbanización que genera una diversa gama de oportunidades, permitiendo a la gente encontrar trabajos mejor pagados, a las empresas trabajadores más calificados, y el capital y las ideas fluyen más eficientemente.”

En un blog del Banco Mundial (http://blogs.worldbank.org/psd/competitive-cities-driving-productivity-and-prosperity) lo resume muy claramente: “El futuro se ganará o se perderá en las ciudades”

La región sirve para mantener a la ciudad, ya sea capital política o económica. La región pierde importancia y se diluye. La ciudad es centro y crece.

Cuando se analiza la situación de Rumanía la preponderancia de una gran ciudad salta a la vista. Hoy la capital, Bucarest, condensa en sí sola el 22% del PIB del país (25% con Ilfov, pequeña provincia que rodea la ciudad), y todo el resto del país se reparte un 75%.

La distancia entre Bucarest y el resto de ciudades del país es enorme. La capital tiene en el municipio unos 1.825.000 habitantes (2011) y 3.400.000 en la zona metropolitana. Timisoara y Cluj, disputándose continuamente la segunda posición, no superan los 310.000 habitantes registrados.

Y a pesar de ello son las dos mayores capitales de provincia.

¿Qué ha pasado en los últimos 15 años?

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