Rumanía ha dado un “discreto” primer paso hacia la explotación de gas de esquisto, anuncia el Jurnalul national, reportaje que recoge Presseurop. El 29 de abril, el Ministerio de Medioambiente concedió el visto bueno para que empresas extranjeras realizasen prospecciones sobre posibles yacimientos en la región de Dobrogea (sureste), entre ellas a la estadounidense Chevron.

La decisión “ha cogido de improviso a la sociedad civil, que esperaba un debate público previo y, sobre todo, una presentación de estudios con respecto a su impacto sobre el medioambiente”, escribe el diario, que cita a la ministra Rovana Plumb:

Todos los países de la UE necesitan autonomía energética y explotar gas de esquisto es un medio para lograrlo.

La ministra precisó que “el medioambiente no corre ningún riesgo en la fase de exploración, puesto que la tecnología de la fractura hidráulica no se emplea” para verificar los recursos potenciales de este hidrocarburo no convencional que se encuentra a varios miles de metros de la superficie.

Ante esta noticia, la asociación Vama Verde organiza una marcha de protesta en Vama Veche, en la región de Dobrogea, y se espera que se anuncien más manifestaciones para finales de mes.

Rumanía sigue el ejemplo de Polonia y de Reino Unido, los Estados europeos más comprometidos en la fase de prospección y exploración de este recurso. Otros, como Francia, han decretado una moratoria.