El Parlamento rumano aprobó este jueves presupuesto de 2013, que se basa en un crecimiento ecónomico del 1,6%, una inflación del 4,3% y un déficit del 2,1%. El Gobierno revisó a la baja sus pronóstico de crecimiento del 1,8 por ciento al 1,6 por ciento, tras las conversaciones con el FMI.

"No se trata de un presupuesto perfecdto pero es el mejor que podemos tener ahora mismo", explicó el primer ministro rumano, Victor Ponta.

El presupuesto obtuvo 309 votos a favor y 108 en contra.

"Se trata de un presupuesto con el que cumplimos nuestros compromisos más importantes, mantenemos las inversiones y asignamos más dinero a la cofinanciación de proyectos europeos", declaró Ponta, hace una semana cuando se adoptó el borrador.

El déficit pasó a incrementarse del 1,8 por ciento al 2,1% debido a los retrasos de los pagos de los hospitales hacia sus proveedores.

Además, el Gobierno Ponta subirá el salario mínimo de los 700 lei (160 euros) a los 800 lei (180 euros) y aumentará las pensiones un 4 por ciento.

Debido a los bajos ingresos y al aumento del gasto público, el Gabinete de centroizquierda ha aprobado más impuestos sobre las compañías de gas, petrolíferas y mineras, con las que el Estado prevé recaudar unos 700 millones de euros.

El Ejecutivo se propone alcanzar la tasa de absorción de los fondos estructurales y de cohesión entre el 50 por ciento y 80 por ciento hasta 2015.