Ya sé que “La vida sigue igual” es el título de una canción de Julio Iglesias, pero la verdad es que el otro día en Barcelona mi impresión al ver a Bono y sus chicos (todos ya creciditos) era esa; estaba como en casa de una tía a la que visitas de tiempo en tiempo y que siempre te trata bien, cuyo café es muy bueno y que siempre tiene unos pastelitos muy ricos. U2 y sus excepcionales temas de siempre jamás decepcionan; la puesta en escena es magnífica, el sonido y la luz un espectáculo y Bono es un extraordinario sacerdote que consigue llevar a sus fieles -siempre muchos- al éxtasis aunque los hayas visto una y otra vez desde hace treinta años.

U2Foto: Felix Ici

Esta gira celebra el aniversario de su disco más célebre “The Joshua Tree”, y desde luego, el concierto empezó golpeando la nostalgia de los presentes; “Sunday, Bloody Sunday” abrió el concierto y el público, como si el disco hubiera salido hace unos meses y no hace treinta años, lo celebró con una gran algarabía. Siguieron “New year´s day” y las inmortales “With or without you” y “ I still haven´t found what I´m looking for”.

La gente estaba entregada iluminando el estadio con las linternas de sus móviles; una chica delante de mi lloraba y la gente bailaba, cantaba y disfrutaba generando un maravilloso ambiente. El escenario en esa primera parte del concierto estuvo vacío, la gran pantalla – debe de ser la mayor que haya existido en un concierto- esperaba su momento para deslumbrarnos.

Todo este evento empezó seis meses atrás cuando mi amigo Fernando me dijo que había comprado cuatro entradas y que una era para mí; yo no sabía dónde iba a estar seis meses más adelante, pero le dije que contara conmigo: U2, amigos y un viaje a Barcelona sonaban como un gran plan.

Yo no soy un entendido en música ni un fanático de los conciertos, pero voy a algunos buscando sensaciones, recuerdos vividos o imaginados, pensar, soñar y que, básicamente, la música me traslade a otros sitios, que me emocione. “The Joshua Tree” salió en 1987, el año que me fui a vivir a Estados Unidos, el año que me cambió la vida; allí viví ese éxito, allí compré mis primeros CD´s, fueron de Dire Straits, de Madonna y “The Joshua Tree”.

Los mismos discos que treinta años después siguen sonando en mi coche. Con cada canción que escuchaba en el concierto de U2, mis recuerdos iban y venían y las emociones llegaban en oleadas con cada estrofa. De repente, la gran pantalla se iluminó y nos mostró una carretera desértica, hipnótica, para ilustrar “Where the streets have no name”; el estadio se vino abajo.

Fernando, mi amigo, tuvo un accidente de coche hace tiempo, en el radio casete sonaba una cinta de U2 con la cancion “New Year´s day” que empezó arrogante, impetuosa, con un piano generando el ambiente y preparando la entrada de Bono; pero nunca llegó a entrar. Fernando circulaba por una pequeña carretera rodeada de naranjos; allí, un “stop” medio oculto y que nunca vio hizo que su coche se empotrara contra otro.

La vida cambia en un segundo y al final no sabes dónde, cómo o cuándo va a cambiar tu vida, aunque el cambio sea que todo sigue igual, como cantaba Julio Iglesias. Cuando U2 empezó esa canción en el concierto mire a mi amigo y él seguro que volvió a esa carretera rodeada de naranjos donde el coche chocó, su vida dudó y la cinta de casete se paró. Fernando, afortunadamente, salió ileso del accidente; el coche menos.

Nunca me lo contó, pero podría asegurar que cuando Fernando fue a buscar el coche al taller, lo arrancó, recorrió unos kilómetros y pensó en el accidente, probablemente sintió un momento de miedo, como una punzada en el corazón, fría, cortante, probablemente, entonces, respiró muy hondo, sintió que estaba vivo y, en ese instante, pensó en la canción que sonaba en el casete del coche en el momento del accidente y lo conectó.

Los mecanismos engranaron la cinta, la tensaron y la obligaron a moverse; seguro que los viejos altavoces del Ford Sierra dudaron unos segundos, como negándose, como no queriendo recordar ese momento, pero en un instante y como si no hubiera pasado nada Bono empezó a cantar “New Year´s day”.

Mucha gente dice que U2 es una banda trasnochada, leo en alguna crónica que “tienen más pasado que futuro”. Creo que, mientras uno está vivo, tiene todo el futuro del mundo y U2 nos recuerda que estamos vivos en cada canción, con cada estrofa, nos hace recordar, emocionarnos, volver a vivir amores, tristezas, alegrías, viajes, fiestas.

A mi amigo Fernando le hace recordar que, a veces, el hecho de que la vida siga igual es extraordinario. Vivamos esos días que nos parecen iguales como lo que son, como hechos extraordinarios y la vida será como las canciones de U2, memorable.