En marzo de 1974 la Gran Asamblea Nacional eligió a Nicolae Ceausescu como presidente de la reformada República Socialista Rumana. En el acto de investidura el líder comunista instauró el cetro como símbolo presidencial, provocando la felicitación irónica de Salvador Dalí.

Telegrama lui DalíFoto: Hotnews

El cetro ha sido desde la Antigüedad un símbolo que denota poder –su origen se remontaría a los bastones que usaban los ancianos que poseían autoridad dentro de una comunidad-, transformándose posteriormente en uno de los símbolos más importantes de la monarquías, junto a la corona o el trono.

El 28 de marzo de 1974 Rumanía se refundaba en República Socialista Rumana y Ceausescu era votado por unanimidad como su primer presidente, dando un paso más en la instauración de un régimen más personalista. La introducción del cetro en la investidura del líder comunista hacía sospechar de la pretensión en instaurar un régimen hereditario comunista similar al existente actualmente en Corea del Norte.

El 3 de abril, Salvador Dalí se encontraba en Nueva York junto al crítico de arte rumano Radu Varia. El genial pintor acababa de enviar un telegrama de condolencias por la muerte del presidente de Francia Georges Pompidou cuando leyó en el periódico Le Monde la noticia de la instauración simbólica del cetro por parte de Ceausescu.

En ese momento, Dalí decidió enviar también un telegrama felicitando irónicamente al Conducator por dicha medida. El famoso telegrama decía: “Aprecio profundamente su histórico acto de instaurar el uso del cetro presidencial. Respetuosamente, Salvador Dalí”.

Lejos de captar la ironía del texto, Scinteia reprodujo el telegrama como una prueba del respeto de importantes personalidades extranjeras para con su líder máximo. Surrealismo en estado puro.