La reputación de Rumania como un lugar habitado por vampiros se popularizó en 1897, gracias a la novela Drácula, escrita por Abraham Stoker. Para ella Stoker se inspiró en la vida de Vlad Tepes, un gobernante local que pasaría a ser conocido por generaciones como Vlad Dracuela (Drácula), el vampiro más popular en el mundo, relata la cadena de televisión estadounidense.

hn_5790602225240891079Foto: Reuters

Desde la Edad Media la gente de la región tenía la creencia de que las personas buenas y honestas iban al cielo después de morir. Mientras que las almas de los malvados se quedaban con ellos después de la muerte y se despertaban para beber la sangre de animales y humanos. Por ello, la gente solía enterrar una estaca de acero o madera en el corazón de sus muertos, para evitar que regresaran como vampiros, prosigue la CNN.