"En Rumania el talento nunca ha sido un problema, pero nuestro carácter sí y lo sigue siendo. Rumania puede volverse un infierno en las épocas de crisis", cuenta el escritor rumano Norman Manea en una entrevista concedida en Buenos Aires al portal digital El País, con el título el "rumano incómodo".

Norman ManeaFoto: Polirom

"Durante la Segunda Guerra Mundial los reportes alemanes acerca del comportamiento de los militares rumanos hacia los judíos, los gitanos, los ucranianos describían a los rumanos como ¨sádicos, gente bárbara sin ninguna racionalidad¨. A ver: los alemanes, en su lógica, tenían cierta racionalidad, seguían órdenes", explica Manea.

A la pregunta de si ese carácter es un problema, el escrito aclara que sí: "Si usted les decía "maten", ellos mataban. Si les decía "paren", obedecían. Los rumanos, no. Pero dado que la corrupción es una parte constitutiva de Rumania, mucha gente se salvó. Usted podía salvarse sobornando a un oficial rumano; muy difícilmente a un alemán. Rumania antes de la Segunda Guerra fue una especie de democracia latinoamericana.

"En 1989, cuando el sistema colapsó, el Partido Comunista había llegado a casi cuatro millones de afiliados; estos cuatro millones eran oportunistas. Probablemente ni siquiera podrían contarse mil comunistas verdaderos, convencidos. Una vez que Ceausescu fue asesinado, la gran mayoría de estos miembros se volvieron feroces anticomunistas", precisa Manea.

"Asumo que tengo algo de Proust y Kafka. Mi sensibilidad fue y sigue siendo de un temperamento proustiano. ¿Qué quiere decir proustiano aquí? Es una inmersión en la memoria para recrear y ficcionalizar una vida entera. De eso se trata la búsqueda del tiempo perdido. Eso está muy cerca de mi forma de escribir. Pero mi vida, desafortunadamente, fue invadida por lo que llamaría las fuerzas absurdas de la historia", prosigue el autor de "El regreso del Hooligan".

Manea señala que se aprecia una influencia de Proust y Kafka en su literatura: "Siento que tengo una parte proustiana y creo que los absurdos de la vida invadieron mi biografía en una manera muy kafkiana. Son partes complementarias en mí. Proust es acerca de mí y sobre mí y Kafka es acerca de mi biografía y la historia".