Comparar entre líneas a Pablo Escobar con el líder del Partido Socialdemócrata (PSD) de Rumanía, Liviu Drangea, puede ser muy atrevido. Uno controlaba toda Colombia a sus anchas gracias a su red de narcotráfico y el segundo el país balcánico mediante el chantaje y las amenazas. Esta es la similitud que ha hecho Victor Ponta, exprimer ministro rumano, también socialdemócrata.

Liviu DragneaFoto: Captura RomaniaTV

La guerra entre Dragnea y Ponta explotó a principios de verano cuando el primero destituyo de manera flagrante a Sorin Grindeanu al frente del Ejecutivo. En ese momento, los dos iniciaron una retahíla de diatribas, especialmente el segundo, denostado de su partido.

El lunes, la Fiscalía Anticorrupción (DNA) acusó a Dragnea de corrupción -abuso de poder, malversación de fondos y falsificación de documentos- en el caso Teldrum que comenzó a tomar forma en septiembre de 2016 tras la denuncia presentada por la Oficina Europea de la Lucha contra el Fraude (OLAF).

«Teldrum representa de manera clara el comienzo del final de Liviu Dragnea y el cartel que dirige todavía desde 2011», indicó Ponta en un texto largo colgado en su red social Facebook, en el que pide a sus colegas que liberen al partido del dominio del grupo criminal, que se ha enriquecido durante muchos años.

En su primera comparación destacó que «Pablo Escolar (modelo de vida de Liviu Dragnea) controlaba durante muchos años a los políticos de su país, pero también la justicia a través de la corrupción, amenazas y violencia», al igual que el líder rumano.

Pero, la caída del narcotraficante colombiano se produjo cuando apareció un organismo externo como la Agencia Americana de Antidrogas (DEA), algo que -según Ponta- puede ocurrir tras la implicación de la OLAF.

«Como en el caso de Pablo Escobar que controlaba y estaba protegido por políticos, policías y jueces, periodistas miembros de todas las instituciones nacionales, Teldrum también estaba protegida, pero ahora lucha contra la OLAF que no controla ni puede chantajear», prosiguió Ponta.

«Don Liviu está muerto de miedo y no sabe qué hacer ahora. La protección que ha disfrutado el Cartel de Teldrum durante casi 15 años por parte del Estado Rumano debería generar importantes signos de interrogación a aquellos que apoyan por convicción la lucha contra la corrupción», subrayó.

Ponta explicó, en cambio, que el problema de Teldrum pasa por haber «fabricado dinero para los líderes del Cartel y sus familias», por lo que cree que Dragnea utilizará la estrategia de Escobar cuando señalaba que la DEA deseaba el mal de los colombianos y no frenar el tráfico de drogas.

También resaltó que este año destacará por las crisis políticas, medidas económicas que pueden afectar gravemente el crecimiento de la economía basado solamente en el consumo -un 5,6 % hasta mitad de 2017- y por la depreciación histórica del leu, la divisa nacional, además de los intentos de socavar la ley de la justicia.

Más de medio millón de ciudadanos protestaron en febrero por las calles de las principales ciudades de Rumanía contra una ley que suavizaba la lucha contra la corrupción, que lograron parar.

Según Ponta, el actual presidente del Congreso intenta moldear la justicia para escapar de sus problemas judiciales en lugar de enderezar el signo del país, marcado por la sempiterna corrupción que impide que se modernice más rápidamente.