El primer ministro rumano Sorin Grindeanu resistió el miércoles el segundo asalto, así como las tentativas del líder del Partido Socialdemócrata Liviu Dragnea de sobornarle con importantes cargos para que se marchara del Gobierno. Dragnea anunció que los ministros han presentado las dimisiones, pero estas no se harán efectivas hasta que Grindeanu no las envíe al Presidente Klaus Iohannis, lo que da margen de maniobra al jefe del Ejecutivo.

Liviu Dragnea la CEXFoto: Hotnews

Grindeanu podría intentar ganar tiempo para enviar las dimisiones. El próximo lunes, Iohannis se reunirá con Angela Merkel en Berlín donde estará hasta el jueves. Luego, se desplazará a Bruselas donde participará en el Consejo Europeo de verano.

Mientras tanto, el jefe del Gabinete dispone de 15 días para resolver las dimisiones de los ministros, así que podría aprovechar la larga ausencia de Iohannis.

Durante ese tiempo, Grindeanu podría recurrir a personas cercanas al exprimir ministro Victor Ponta y al exministro Daniel Constantin para sustituir a los salientes. Está claro que Drangea no puede eliminar del partido a las filiales, pese a sus amenazas de expulsar a cualquier miembro que quiera participar en el Gobierno.

Dragnea tiene dos opciones: resignarse o una moción de censura. La retirada del apoyo político votada el miércoles por el Comité Ejecutivo Nacional del partido no tiene ningún valor jurídico y tampoco produce un efecto desde el punto de vista constitucional. Aunque el líder del PSD excluya del partido a cada nuevo ministro puesto por Grindeanu, no se resuelve nada. Por tanto, la única manera de escapar del Ejecutivo pasa por el voto de confianza. El ministro de Justicia Tudorel Toader lo explicó claramente: “Se ha derribado sólo el pilón político, el pilón jurídico todavía sostiene al Gobierno en pie.”

Por su parte, la Presidencia no quiere entrar en este juego. Su portavoz ha dicho este jueves que si Dragnea quiere tumbar el Gobierno lo haga mediante la moción de censura.