​Tras una década en la Unión Europea (UE), que se cumple este domingo, el balance para Rumanía esconde algunas contradicciones: hubo mejoras en lo económico y en la lucha contra la corrupción pero tres millones de personas abandonaron el país por los bajos salarios y la creciente desigualdad, publicó el diario La Vanguardia que recoge un reportaje de la agencia EFE.

Fabricat în RomâniaFoto: webPR.ro

"Si hubiéramos modernizado el país, como nos marcamos con la entrada en la UE, esos tres millones de personas habrían tratado de hacer su vida en Rumanía", afirma a Efe Vasile Puscas, exnegociador rumano con Bruselas.

"Después de 2007, se produjo hacia la UE el mayor éxodo de rumanos de la historia, lo que demuestra que nos hemos adherido, pero no integrado", afirma con contundencia el diplomático.

Los rumanos que se han ido -alrededor del 15 % de la población- han enviado desde 2007 hasta 2015 unos 52.000 millones de euros en remesas y familias enteras dependen de esos envíos.

Los rumanos que abandonaron el país en los pasados diez años son más que la población total de otros Estados de la UE, como Luxemburgo, Malta, Estonia, Letonia, Lituania o Eslovenia.

La decisión de marcharse se debió a "la falta de trabajo o por salarios muy bajos", explica a Efe Dumitru Sandru, de la Facultad de Sociología de la Universidad de Bucarest.

Siga leyendo el artículo.