Inadmisible la reacción del presidente Klaus Iohannis por el escándalo Dan Sova en el Senado. Más débil que el de las embajadas y más débil que una gran parte de la sociedad civil. Aislado durante meses en el Palacio de Cotroceni, sin diálogo con los medios de comunicación y la sociedad en general y con un equipo que carece de visión, Iohannis se ha convertido poco a poco en presidente ausente.

Cristian PantaziFoto: Hotnews

"Voy a ser un mediador, un integrador y un árbitro", dijo Johannis inmediatamente después de su entronización en Cotroceni, cuando el presidente rechazó el modelo - jugador (Traian Basescu) o el de presidente pacificador (Ion Iliescu). Sigo sin entender lo que supone el modelo propuesto por Ioannis, que parecía una extensión del lema de la campaña "Un tipo diferente de política".

Vemos ahora, después de tres meses como jefe de Estado, lo que significa esta nueva forma de hacer política: desvinculación de los grandes debates de la sociedad. Por desgracia, es un modelo perjudicial a largo plazo, ya que provoca un divorcio de facto entre el electorado y el más alto dignatario de Rumania.

En las últimas semanas, hemos observado más señales de que Iohannis está desconectado de la realidad. Lo que parecía ser un periodo normal de acomodación en su cargo se convierte en un sueño tácito y de infertilidad. Los principales temas de discusión no han encontrado gran resonancia en Cotroceni: presupuesto, modificación radical del Código Fiscal, leyes electorales esenciales del Parlamento, el voto por correo, la OUG respecto al plagio de Ponta, y la defensa de los parlamentarios ante la justicia.

Y todavía hay más: El presidente debe explicaciones sobre el despido inesperado del consejero George Scutaru, explicaciones sobre las conversaciones con sus homólogos de Moldavia, Polonia y Ucrania (qué ha negociado Rumania), explicaciones sobre la posición de Rumania respecto a la futura unión energética de la UE (estudios de impacto, debilidades, ventajas, etc.). No sólo debe eso, sino que obstinadamente evita las preguntas de los periodistas, limitándose a leer discursos.

Asimismo, Klaus Iohannis tiene que responder a las acusaciones del ex ministro de Medio Ambiente acerca de los cambios del Código Forestal. Las acusaciones son graves y se especula sobre la presión de un lobby opaco sobre una compañía austríaca al lado del presidente.

El silencio y el caso omiso de todas estas cuestiones alejan más rápidamente a Iohannis de la zona luminosa que proyectó durante la campaña.

Advertencia: no pedimos la transformación de Klaus Johannis en un presidente agresivo que ofrezca exclusivas. Todo lo que se espera de un hombre que ha recibido los votos de los 6,2 millones de ciudadanos es estar presente en la vida del país; en breve, que no practique la evasión de ideas y la ambigüedad moral. Así como es conocido para hablar sobre temas esenciales con el Consejo Superior de Magistratura, institución a la que ha exigído que la justicia no se convierta en una superpoder y se termine con el espectáculo de las esposas, como si fuera importante en una Rumanía marcada por la corrupción.

Y qué mejor ejemplo de huir de la responsabilidad y la ausencia injustificada de su actuación en el caso de la inmunidad de Dan Sova. Iohannis ha tardado en reaccionar, después de los embajadores de los Estados Unidos, Reino Unido y Holanda. Mientras tanto, muestra su fotografía con el Príncipe Duda y la Princesa Margareta. La imagen dice más que mil palabras sobre la agenda de Klaus Oohannis.¡

Y para ser completos, Iohannis recibió hoy un golpe de imagen formidable: la jefa de la Fiscalía Anticorrupción, Laura Kovesi, pidió al Tribunal Constitucional que se pronuncie en el caso del socialdemócrata Dan Sova, protegido del Parlamento y muy buen amigo de Ponta. Anticorrupción no puede pedir esto al Tribunal Constitucional. Por eso, Kovesi ha pedido al Consejo Superior de Magistratura que actúe contra la inmunidad del parlamentario Sova.

Minutos antes de terminar de traducir este texto, Iohannis había pedido al Tribunal Constitucional que constate la existencia de un conflicdto jurídico de naturaleza constitucional entre el Ministerio Público y el Consejo Superior de Magistratura, por un lado , y el Parlamento de Rumanía, tanto de la Cámara de los Diputados como del Senado.