​Rumanía pagará hasta finales de año una suma de 36 millones de euros para implementar un sistema de vigilancia operativo de la OTAN, que constará de radares terrestres y aviones que sobrevolarán sobre la región.

Este programa de protección aérea y de tierra alertará de cualquier ataque que se pueda producir en territorio rumano, mediante el control y la recopilación de información.

Un AWACS de la OTAN, que puede alcanzar una altitud máxima de 20 kilómetros, se encargará de vigilar el espacio aéreo rumano.

Al msimo tiempo, se intalarán varios rádares de tierra, uno de ellos se ubicará en la base militar de Corbi, situada en la provincia de Constanza, cerca del Mar Negro.

El Ministerio de Defensa asignó 30 millones de euros para desarrollar el programa terrestre y otros 6 millones para la vigilancia del espacio áereo.