Francia no es partidaria de permitir que Rumanía y Bulgaria entren por ahora en la zona Schengen de libre circulación de personas en Europa debido a las preocupaciones por la seguridad fronteriza, dijo el lunes el ministro de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius. "Si no cambian las condiciones, no estaremos a favor", dijo Fabius al respecto de una próxima decisión de la UE sobre si conceder libertad de circular sin pasaportes a los ciudadanos de estos dos países a partir del 1 de enero de 2014.

Sus declaraciones llegan en pleno debate en el seno de la coalición de gobierno en Francia sobre el tratamiento de los gitanos.

Unos 20.000 inmigrantes gitanos de Rumanía y Bulgaria viven en centenares de barrios de chabolas en las afueras de las ciudades francesas. La tensión con los vecinos ha convertido este asunto en uno de los más polémicos de cara las elecciones municipales del año que viene.

Ahora los ciudadanos rumanos y búlgaros pueden viajar con un pasaporte por los países de la zona Schengen, que elimina los controles fronterizos entre la mayor parte de los socios comunitarios, Noruega y Suiza.

Las restricciones temporales para imponer un control de los pasaportes se pusieron en marcha cuando ambos países entraron en la UE en 2007, y está previsto que se levanten en enero. Pero cada país de la UE tiene derecho a vetar la admisión de un estado miembro en Schengen y se espera una votación a final de año.

Alemania dijo ya en marzo que se oponía al ingreso de los dos países.

Fabius dijo que Francia está preocupada por la capacidad de las autoridades rumanas y búlgaras de mantener la seguridad fronteriza.

"Gente que venga de fuera de Europa podría entrar en Rumanía y Bulgaria y luego entrar con libertad en el resto de Europa", declaró el ministro en la emisora France Inter. "Ahí hay un problema, tenemos que asegurarnos de que Bulgaria y Rumanía tienen los medios para verificarlo".

"De momento, me sorprende que no se hayan cumplido esas condiciones", dijo.

La semana pasada, el ministro del Interior, Manuel Valls, despertó la indignación en la coalición de izquierdas al decir que la mayoría de los gitanos inmigrantes no pueden ser integrados en la sociedad y que deberían volver a sus países.

El Frente Nacional de ultraderecha ha convertido esta cuestión en la principal de la campaña para las municipales de marzo, advirtiendo de que se desataría una nueva oleada de inmigrantes si los ciudadanos rumanos y búlgaros tuvieran libertad para moverse sin pasaportes por los países Schengen.