El embajador de Alemania en Bucarest, Andreas von Mettenheim, declaró el domingo a Pro TV que su país no pide que Rumanía se convierta en un paraíso, pero insistió en que la corrupción tiene un impacto sobre las fronteras que debería proteger en calidad de miembro del spacio Schengen, informó Mediafax. “No pedimos que Rumanía se convierta en un paraíso porque ni Alemania ni otros Estados europeos no lo son. Estos puntos no lo consideramos muy importantes. No se trata del hecho de que unos políticos ya han sido condenados. La simple existencia de unas tales acusaciones, a Berlín le hace dimitir de su cargo”, sostuvo Metteheim, en el programa “20 años después”.

Andreas von MettenheimFoto: Agerpres

El diplomático apreció una diferencia de cultura política entre ambos países y mencionó que ha sido una buena decisión no votar sobre la adhesión de Rumanía y Bulgaria al espacio Schengen durante la reunión del Consejo de Ministros de Interior (JAI) ya que ha evitado confrontaciones internas. Berlín se excusa de que Bucarest no ha cumplido con todos los requisitos del informe sobre Justicia de la Unión Europea.

“Todavía son parlamentarios que tienen un expediente penal”, explicó el embajador que también lamentó el retraso del nombramiento del fiscal general. Además Mettenheim dijo que “la corrupción en la frontera está ligada al Gobierno y a la administración pública”. “Todos los medios técnicos para asegurar la seguridad en los pasos fronterizos pueden existir, pero cuando alguien está en una oficina de la frontera permite la entrada de otra persona a la UE por una suma de dinero, para nada sirven las condiciones técnicas”, subrayó el diplomático. “Alemanía y otros países consideran que Rumanía no ha realizado los suficientes progresos para acceder a Schengen”, prosiguió el embajador.