Rumania y Bulgaria luchan desde hace años por ingresar al espacio Schengen, pero siempre han contado con la oposición de Alemania, a la que se han sumado también Holanda y Finlandia en otras oportunidades. Y para que el ingreso de un nuevo Estado sea posible, los 26 países miembros del acuerdo deben estar a favor de abolir los controles fronterizos, informó la cadena alemana DW.

Ambos países tendrán otra oportunidad a fines de años, cuando se vuelva a tratar el tema en Bruselas. Hasta esa fecha, se podrán presentar nuevos informes sobre eventuales progresos en Justicia, lucha contra el crimen organizado y corrupción, argumentos que fueron usados por Friedrich para justificar la negativa alemana.

Las autoridades de Sofía y Bucarest reaccionaron con decepción, pues se sienten injustamente excluidos. El ministro del Interior búlgaro, Tsvetan Tsvetanov, dijo que "los países debemos tener un diálogo constructivo, abierto y transparente que no debe ser afectado por la política". En Alemania también hubo críticas por parte de la izquierda y Los Verdes, aunque el sindicato de la policía apoyó al ministro Friedrich.

Veintidós de los 27 países de la UE forman parte del acuerdo Schengen (excepto Reino Unido, Irlanda, Chipre, Rumania y Bulgaria), a los que se suman cuatro que no forman parte de la Unión: Noruega, Islandia, Liechtenstein y Suiza. En Alemania se ha desatado la polémica por el incremento de inmigrantes rumanos y búlgaros, cuya presencia se ha duplicado desde 2007. El temor es que esas cifras se disparen si se eliminan los controles, pues de ingresar en el espacio Schengen, rumanos y búlgaros tendrían derecho a cobrar prestaciones sociales en Alemania.

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