El primer ministro rumano, Victor Ponta, declaró el domingo, a la cadena de televisión Antena 3, que hará oídos sordos a las peticiones del presidente Traian Basescu dirigidas hacia el Gobierno y explicó que transmitirá al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, en su reunión que mantendrá este lunes, que "no ha habido ningún golpe de Estado en Rumania".

Victor PontaFoto: captura foto

"Diré claramente que no. El jefe de Estado no tiene derecho a dictarnos lo que tenemos que hacer con los impuestos directos e indirectos, ni siquiera que no debemos devolver el dinero a los pensionistas. Tampoco lo tiene con los fondos europeos, ya que el Ejecutivo de Boc, del que controló de manera evidente, nos condujo en 2010 y 2011 a una situación castastrófica al perder y crear problemas con la ayuda europea", explicó Ponta.

"Este periodo de paz depende sólo de Basescu. No estoy dispuesto a permitir ningún tipo de intrusión de un presidente a quien le resulta difícil, si no imposible, hablar en nombre de los rumanos tras el voto de 7.5 millones de ciudadanos", aclaró el premier rumano.

Ponta dejó claro que su colega de la coalición gubernamental Unión Social Liberal (USL) y el propio primer ministro no han estado implicados en ningún caso de corrupción y que tampoco formaron parte de las redes de información de la temida ex policía secreta Securitate.

"Estoy convencido de que será nuestro adversario hasta que termine su mandato", prosiguió Ponta quien precisó que USL mantiene la misma intención de voto que antes del referéndum del pasado 29 de julio: "No ha aumentado ni USL ni PDL (Partido Demócrata Liberal)".

"Exsite un principio del que todos los Estados europeos practican: la batalla interna no se exporta", señaló el dignatario rumano, en alusión a las críticas de Bruselas y otros países de la Unión Europea.

En su visita a la capital europea que se celebrará este lunes, Ponta intentará convencer a Barroso que no se produjo ningún golpe de Estado y le presentará sus credenciales de nuevo puesto que cree que seguirá gobernando tras las elecciones legislativas, convocadas el 9 de diciembre.

Asimismo, Ponta reveló que se encontrará con su homólogo belga, Elio Di Rupo, para tratar la privatización de la Posta Romana y explicó que la empresa estatal Oltchim se venderá mientras se garanticen los puestos de los funcionarios.